martes, 13 de septiembre de 2011

cap. II

me desperté.
a mi lado estaba su cuerpo largo, negro como el universo visto de lejos, amable como los viejos peronistas; pero a la vez tan endeble y tan pedestre como una caja de cigarrillos vacía.
me recompuse.
¿qué hacía felipe durmiendo al lado mío? eso, simplemente dormir.
me levanté.
me cepillé los dientes.
puse la pava
(¿qué estoy haciendo? se me caen las ideas arriba de la hornalla)
entonces recurrí a ese tema de yann tiersen que me salva de la  melancolía. me senté bajo el quicio de la ventana y la luz entraba escurriéndose entre la persiana, como si bañándome así pudiera, finalmente, aclarar mi cabeza.
mientras sorbía el té y el disco seguía reproduciéndose, se levantó felipe, todo él, toda su anatomía y todo su esplendor estaban parados frente a una niña envuelta en mujer. lo miré fijo, como si pudiera  de ese modo proyectarle un mapa en su retina y así me ayudara a traducir toda esa complejdad.
me miró, sonrío
-¿me devolvés la camisa?
-quedaría al desnudo, con la luz fragmentando mi frágil cuerpo. -rió
-frágiles son los que vuelan.
no hice más que levantarme, buscar mi bata, devolverle la camisa y volver bajo la ventana.
mientras se vestía recordé a yann tiersen, recordé el vuelo perdido, recordé mis pesadillas, recordé todo y me olvidé de mí..
-¿sabés? los sueños son hermosos, pero esto no es hollywood nena. y yo quiero alguien que no vuele lejos mío.
-entonces a nuestro tiempo lo divide el espacio.
-sep. nos vemos el próximo lunes.
agarró su mochila negra cargada de colores, la cerró minuciosamente.. y se fue.

2 comentarios:

  1. yann tiersen, no hay nada mejor que la melancolia para aliviar la melancolia.

    un saludos, che

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  2. esto de que el vuelo no coincida es determinante, casi indispensable. no se puede volar sin armonia. y volar con alguien no es lo que todos creen.
    (ME GUSTO)

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