y todo pasa cuando menos lo esperabas, hasta que el reloj cae en tu nuca, el loco tiempo te distrae del vuelo, del abrevuelo, y por ahí prendés un pucho en unos segundos, como si fuese el último, claro, el último pucho es el que menos vale, pero el que más duele. Y duele porque te estás por desnivelar de los hechos, y cuando más pensás más te vas, te vas al cenicero también, al sueñasueño.
y todo pasa cuando menos lo esperabas, hasta que el reloj cae en tu nuca, el loco tiempo te distrae del vuelo, del abrevuelo, y por ahí prendés un pucho en unos segundos, como si fuese el último, claro, el último pucho es el que menos vale, pero el que más duele. Y duele porque te estás por desnivelar de los hechos, y cuando más pensás más te vas, te vas al cenicero también, al sueñasueño.
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